

Colaboro con el Master de Educación Socioemocional para el desarrollo personal y profesional de la Universidad de Zaragoza desde su primera edición. La clase de este año, con nociones de coaching y PNL, ha sido muy práctica, basada en ejercicios de comunicación, la mayor parte de ellos de la terapeuta Virginia Satir, una de las figuras que inspiró a los creadores de la Programación Neurolingüística, disciplina que observa el funcionamiento del ser humano. Soy partidaria de “vivir” estos ejercicios más que de las clases teóricas. Es una forma de salir de la clase con el conocimiento plenamente integrado.
Así, nos hemos centrado primero en la atención visual, descubriendo nuestra inteligencia somática, que nos permite copiar movimientos de otras personas sin casi percatarnos de ello. También, en la atención auditiva. Con ella, hemos podido descubrir cómo rellenamos información en nuestro cerebro y lo alejada que está a menudo de la realidad de la persona con la que nos comunicamos.
Finalmente, hemos trabajado con los modelos de comunicación. En estado de baja autoestima, podemos adoptar en nuestra comunicación los roles del apaciguador, acusador, distractor y/o calculador. Hemos conocido las características de cada uno y su impacto en nuestra vida.
Hemos acabado la clase descubriendo las cualidades del comportamiento asertivo. Virginia Satir señalaba que la asertividad nacía de una sana autoestima. No garantiza una vida indolora, decía, pero sí una mayor autenticidad en nuestras relaciones. Sobre todo ello, hemos trabajado en esta clase.